lunes, 3 de septiembre de 2012

SUFRIMIENTO DE LAS "MASCOTAS" ABANDONADAS


EL DIARIO DE UN PERRO 

PRIMERA SEMANA.  Hoy cumplí una semana de nacido. ¡Que alegría haber llegado a este mundo!

UN MES.  Mi mamá me cuida muy bien, es una mamá ejemplar.

DOS MESES.  Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós esperando que mi "nueva familia humana" me cuidara tan bien como lo hace ella.

CUATRO MESES.  He crecido rápido. Todo me llama la atención, hay varios niños en la casa que para mí son como mis "hermanitos". Somos muy inquietos, ellos me halan la cola y yo los muerdo jugando.

CINCO MESES.  Hoy me regañaron. Mi ama se molestó por que me oriné dentro de la casa. Pero es que nunca me enseñaron dónde es que debo hacerlo y como estaba en la pieza, ¡ya no me aguantaba!

OCHO MESES.  Soy un perro feliz, tengo el calor de un hogar. Me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me conciente mucho. Cuando están comiendo me dan bocados. Nunca me educan, lo que hago debe de estar bien.

DOCE MESES.  Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí mucho más de lo que ellos pensaban.

TRECE MESES.  Que mal me sentí hoy. Mi "hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca le cojo sus juguetes, así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes y lo lastimé sin querer. después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover, a pleno sol. Dicen que van a tenerme en observación, que quizás tengo rabia y que soy ingrato. No entiendo que es lo qué pasa.

Tengo quince meses de edad. Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo. Mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre, que tengo sed, que soporto las inclemencias del tiempo, de los días calientes, de las noches frías. Que no tengo dónde protegerme de la lluvia.

Hoy me bajaron de la azotea. Me puse tan contento que daba saltos de alegría, mi rabo lo movía frenéticamente. Y se están preparando para salir a pasear. El carro salió de la ciudad, de repente pararon y abrieron la puerta. Me bajé feliz creyendo que era un bello día de campo. No comprendo por qué cerraron bruscamente la puerta y arrancaron a toda velocidad. Me cansé de ladrar y de correr detrás del carro. Pero no se detuvieron, Me angustiaba cada vez más, comprendí que me habían abandonado.

He tratado en vano de encontrar el camino de regreso a casa. En mi deambular muy pocas personas de buen corazón se conmueven al verme y me tiran algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada e imploro que me recojan. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero sólo dicen "pobre perrito, ha de estar perdido".
Al pasar por una escuela vi muchos niños como mis "hermanitos" y me les acerqué. Un grupo de ellos riéndose me lanzaron una lluvia de piedras apostando al que tuviera mejor puntería. Me hirieron en un ojo y desde entonces no veo por él.

Estoy flaco, sucio, perdí un ojo, se me cae el pelo, cojeo por las heridas en mis almohadillas, mi aspecto es deprimente. La gente me saca el cuerpo, me aleja a escobazos, me retiran cuando busco dónde protegerme.

Al tratar de cruzar una calle me arrolló un automóvil. Yo estaba en un lugar seguro llamado "Cuneta" pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se “orillócon tal de atropellarme. Ojalá me hubiera matado, pero me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultad me arrastré hasta un lado de la vía. Llevo diez días bajo el sol, la lluvia, el frío y sin agua ni comida Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento demasiado mal... Ya casi estoy inconsciente; pero la dulzura de una voz me hizo reaccionar. "Pobre perro", decía...., junto a ella había un señor, que dijo: "Lo siento. Este perro no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir". Ella asintió con lágrimas en los ojos. Como pude, moví mi rabo y la mire agradeciéndole me ayudara a descansar. Sólo sentí el pinchazo de la inyección y me dormí para siempre pensando para que tuve que nacer si nadie me quería.



PD.de Aníbal Vallejo, presidente de la SOCIEDAD PROTECTORA DE ANIMALES de Medellín, Colombia: Este diario corresponde a la vida de muchos perros desafortunados que en un momento de capricho fueron comprados o regalados por dueños irresponsables que no controlan su reproducción y llegan a un hogar que no está preparado para recibirlos ya que sus miembros desconocen su comportamiento, adiestramiento y necesidades básicas.




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