Igualmente difíciles
de admitir resultan algunas crueldades llevadas a cabo en nombre de la
investigación científica, la excusa en tales casos radica en que el sufrimiento
infligido nos ayudará a avanzar en la suma total del conocimiento humano.
Tal vez estamos
traicionando la confianza que los perros han puesto en nosotros; pero podemos
justificarlo con la edición de eruditas comunicaciones de nuestros
conocimientos.
En realidad la
inmensa mayoría de todos esos penosos experimentos que se realizan haciendo
sufrir durante largo tiempo a los perros, acaban sin conseguir que avance el
conocimiento humano de una manera apreciable.
En los primeros tiempos de la fisiología, la medicina y la zoología,
pudo existir algún valor en las lecciones que se aprendieron, pero hoy es un
caso muy raro. Se podría dejar en paz al
perro, pero no es probable que suceda.
Desmond
Morris en “Observe a su perro”
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